"Caminante no hay camino, se hace camino al andar" y no importa donde quieras llegar pues un camino siempre hallarás. Si los muros de Sant Andrèu de Salardú pudieran hablar, de buen seguro nos contarían las historias de todos aquellos peregrinos que, movidos por su fe y sus piernas, acudieron a la iglesia en busca de la ayuda del Santo Cristo de Salardú, cuyos milagros eran conocidos más allá de nuestras fronteras.